El aumento de emprendedores y sus startups en España durante los últimos años es real y no se puede discutir. Esto puede deberse a varias razones: el aumento de las formas de financiación, las facilidades para hacerse autónomo, las nuevas generaciones y su deseo de crear y trabajar para ellos mismos, la falta de oportunidades laborales que se ajusten a las necesidades de la población activa… Sea como fuere el fenómeno de las Startups ha llegado para quedarse. Estas startups suelen ser compañías de reciente creación con una gran base tecnológica.

Pese a que los datos sobre la aparición y crecimiento de las startups es muy positivo, siguen existiendo muchas dificultades a la hora de lanzarse a montar una. Sobretodo porque conlleva un proceso largo y costoso, al menos en España en comparación con el resto del mundo. España se encuentra en la posición mundial número 33 en lo respectivo a facilidades para iniciar negocios. Los principales aspectos a mejorar incluyen disminuir las tasas para el inicio de la actividad comercial, reducir o quitar el capital mínimo para conformar una empresa entre otros.

Los primeros 5000 euros

Por lo general, al embarcarse en el proyecto de crear una startup, los emprendedores deben asumir, de primeras, 5.000€ de coste. Estos costes engloban los gastos de constitución, el registro de la marca, notarios, redacción de contratos… y si lo pensamos, un emprendedor de 23 años que acaba de terminar la carrera y a penas se ha incorporado al mercados labora, es muy dificil que tenga acceso a esta cantidad de dinero salvo situaciones especiales. Es aquí cuando empieza la financiación de la startup que generalmente sigue los siguientes pasos.

Las tres Fs

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Family, friends and fools (Familia, Amigos y Locos) es como se definen cariñosamente a los que suelen ser los primeros inversores de las startups. Personas cercanas a los fundadores que más que por la idea de negocio en si aportan dinero por cariño, cercanía y amistad. El promedio de aportación de este colectivo ronda entre los 1000 y los 10000 euros y es el capital inicial de la empresa. Estas personas asumen un gran riesgo ya que apuestan por la idea cuando nadie más lo ha hecho, cuando ni si quiera existe el proyecto.

Administraciones públicas

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Existe otra opción inicial barajada por muchos emprendedores que es acudir a organizaciones públicas que ofrecen a las startups financiación participativa. La entidad más conocida ENISA, que pertenece al Ministerio de Industria, desde hace más de 30 años, ofrece a los emprendedores entre 25.000 y 1.500.000 euros con la única condición de que los emprendedores aporten la mitad del dinero que se solicita. Por otro lado se encuentra el CDTI que depende del Ministerio de Economía y proporciona financiación a proyectos de I+D y a empresas basadas en la tecnología

Aceleradoras e Incubadoras

Si se ha conseguido conformar la empresa y se tiene el capital inicial, entonces es el turno de la aceleradoras que son empresas que ayudan a otras how-entrepreneurs-attract-friends--family-and-foolsempresas de reciente creación a crecer muy rápida mente y estructuradamente. Por su parte, las incubadoras, aportan ideas y recursos. Habitualmente el uso de alguno de estos mecanismos, permite a los emprendedores acceder a financiación mayor ya que suelen estar en contacto con posibles inversores con un capital mayor.

A las aceleradoras e incubadoras podríamos añadir el cada día más famoso crowdfunding. Que ofrece a los emprendedores que muchas personas inviertan en su empresa a cambio de participaciones minoritarias, obtención de los primeros servicios o productos creados, o ventajas de cara a acceder a la plataforma desarrollada.

Inversores tradicionales y Business Angels

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Tras las fases iniciales existen dos caminos que habitualmente toman los emprendedores por una lado está la opción es una opción elegida por muchos emprendedores que es la de lanzarse a buscar medios de financiación basados en los inversores tradicionales, los de toda la vida, personas particulares, que tienen un interés en invertir en empresas nuevas de un determinado sector. El objetivo de estos inversores es ayudar a que la startup arranque, genere valor y posteriormente sea vendida consiguiendo por su dinero invertido una buena rentabilidad, mucho mayor que la obtenida en bolsa, depósitos… Generalmente este tipo de inversores, al asumir mucho riesgo, exigen gran participación en la empresa, pero a cambio los emprendedores pueden acceder a cuantías que puede llegar a los cientos de miles de euros.

Por otro lado, en este punto, muchos emprendedores se decantan por los business angels. Personas con amplia experiencia en el sector que atañe a la startup y que no aportan tanto capital a nivel económico, pero si lo hacen a nivel humano con su participación activa en la empresa aportando su conocimiento, red de contactos. Además en muchas ocasiones, estos business angels conocen a otros que pueden invertir conjuntamente con ellos para minimizar sus riesgos y aportar aún más know-how a la compañía.

Venture capital

Los peces gordos, las grandes cuentas de inversión. Suele ser la última fase de inversión. Son empresas de inversión privada que por lo general están muy enfocadas a un ámbito o sector empresarial muy concreto: nanotecnología, salud, servicios públicos, economía colaborativa…. Suelen aportar mayor capital que los anteriores que pueden llegar a suponer millones de euros. Y sólo suelen conceder dinero cuando la idea es muy muy disruptiva y el equipo de la compañía esta formado por personas con experiencia o grandes aptitudes.

EXTRA Financiación Personal

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Aunque la mayoría de emprendedores no piensan en esta última vía sigue siendo una manera rápida y eficaz de conseguir dinero: la financiación personal a través de créditos personales bancarios que pueden llegar hasta los 10.000 o 20.000 euros o en el caso de requerir una cantidad menor de capital entre los 300 y los 1.000 euros pueden optar por acceder a minicréditos y préstamos personales. Estos últimos suelen ser entidades a las que no hace falta justificar el destino del dinero ni para qué se va a utilizar y generalmente tienen unos requisitos de aceptación muy bajos por lo que el índice de concesión de los préstamos ronda el 95% entre todos sus solicitantes.

En Internet hay multitud de empresas que se dedican a esto y muchas veces los emprendedores pueden no tener claro qué producto es el que mejor se adapta a sus necesidades. Para estos casos ha aparecido un amplio mercado de empresas que sirven para comparar créditos y préstamos online y que muestran los importes máximos de cada uno, los plazos, intereses… Hacer uso de estos comparadores e informarse bien sobre las condiciones es muy importante si un emprendedor se plantea solicitar financiación a través de este método.