Vamos a ver, si algo no funciona, ¿qué hay que hacer? Cambiar, ¿no?, pivotar, que está más de moda o evolucionar, que nos gusta más. Pues no, parece que no se comprende y mantenemos esta teoría tan estúpida de que más vale malo conocido que bueno por conocer. No aprendemos y esto es muy español, por no decir, muy conservador. De todas formas, ya gritábamos por la calle aquello de «¡qué vuelvan las cadenas!» ¿o era «¡vivan las cadenas!»?, a la vuelta de Fernando VII. En fin, que tenemos una historia de fiarnos mas de lo malo que nos sucede que de lo que podamos construir bueno desde cero.

Vivan Las Cadenas

Pero claro a empresas como Mix Ideas, nos pagan por decidir y sobre todo, nos pagan por asumir las consecuencias de dichas decisiones. Y llegados a este punto, hay dos tipos de empresas como Mix Ideas, las que proponen las soluciones que saben que les van a comprar, independientemente de si son útiles y resolutivas para la empresa y las empresas que proponemos las soluciones que sabemos que les viene bien al cliente, independientemente de si las van a comprar o no. Las primeras están forradas y me recuerdan a House of lies, pero no nos interesan, más que para pasar un buen rato viendo la serie. Las segundas, son pocas, pero las hay y asumimos precisamente el riesgo, en la oferta de soluciones que hacemos a nuestros clientes. Sabemos que el no lo tenemos y nuestro principal objetivo es no convertir ese no en una desconfianza hacia nosotros.

Cada día que pasa estamos más convencidos que el riesgo está directamente relacionado con la capacidad de una empresa para sobrevivir y no decimos esto para convencer a todas aquellas empresas que les va mal las cosas, para que se pongan a asumir riesgos como locos, simplemente para que entiendan que la única razón por la que las cosas debieran ir como hasta ahora es porque va todo tan de maravilla que cualquier cambio, pivote o evolución sería negativo (esta situación no me la creo, pero bueno, si la cuenta de resultados lo dice, perfecto).

Nuestras empresas se basan en resultados ajenos, es decir, nosotros te decimos o te guiamos sobre lo que debes hacer y cómo y dependiendo de cómo interpretes tu nuestras recomendaciones, así será el resultado. ¿Qué sucede?, que si la empresa es una empresa privada, las consecuencias suelen estar claras, pero el problema es cuando dichas consecuencias no existen, cuando no pasa nada y las decisiones no tienen consecuencias y lo que es peor, cuando no existen métricas asociadas a las consecuencias, cuando no aprendemos. Estamos detrás de ver de que manera podemos ofrecer que compitan dos modelos de negocio a la vez en la misma empresa, administración pública, etc. Estamos convencidos que puede ser un nuevo formato. Compite y decide y vuelve a competir. No vale con prototipa+ponlo a funcionar+mide. Ya no vale. Hay que competir. Pero bueno, esto es para otro post.

Esto,... ya no vale

Esto,… ya no vale

¿Aprendemos lo suficiente de las situaciones que no funcionan? Lo dudamos, pero nos dan ciertas pistas y por lo menos podemos entender que algo ha ido mal, sin saber muy bien lo que si ha ido mal. Lo que si es cierto es que hay que jugársela si te van mal las cosas. Hay que moverse y actuar lo más rápido posible. Pero primero, ¿qué quiere decir que salgan mal los proyectos? y en segundo lugar ¿por qué suelen salir mal las ideas o los proyectos? Aunque ampliaremos estos dos conceptos, aquí unas pequeñas pinceladas.

Para la primera pregunta basta con que nos fijemos en nuestro planning y observemos que ha salido adelante de todo lo que teníamos pensado y de qué manera se han ido cumpliendo la carta a los Reyes Magos, tanto para bien como para muy bien. Por otro lado, también requiere de un análisis crítico, es decir, vale, esto no ha salido lo bien que queríamos, pero dadas las circunstancias, no podemos quejarnos. Es por tanto una crítica que recomendamos venga de fuera (siempre y cuando la crítica la haga alguien que realmente quiere fomentar el crecimiento y la mejora y no simplemente «dorar la píldora»). ¿dónde se ha producido y cuál ha sido la consecuencia del «fracaso»? y ¿en qué momento?, ¿con qué decisiones?

Consecuencias

Para la segunda la respuesta es más complicada, pero siempre hay alguna razón y si no la encontramos, hay que intuirla. Las razones suelen ser muy claras. Falta de claridad en la idea y en la consistencia, vamos, que no estaba claro lo que quería vender. Falta de interés, aunque si lo anterior está bien definido, lo dudamos. Falta de movimiento comercial, vamos, que el emprendedor o los responsables de la PYME no están colgados del teléfono todo el día y no saber sumar, restar o controlar gastos e ingresos.

Tranquilos, lo ampliaremos, pero saber esto es vital para poder entender un cambio si algo no va del todo bien. Pero recuerda, no te enroques, si algo no funciona, hay que moverlo y sacudirlo.

Lo dicho, si te sientes perdido, necesitas ayuda y quieres algún tipo de apoyo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. No somos amigos de solucionar problemas, si de acompañarte en la consecución de tus retos.